ALIMENTACION COMPLEMENTARIA Y DESTETE
ALIMENTACION COMPLEMENTARIA Y DESTETE
La alimentación de un bebé debe ser adecuada para su correcto nutrimiento y desarrollo, la principal fuente de alimentación es la leche materna hasta los 6 meses, sin embargo, puede haber una alimentación complementaria o ablactación.
El niño tiene tres etapas de desarrollo en su alimentación:
Periodo de lactancia exclusiva: Los primeros seis meses en los cuales no debe recibir agua, té y menos algún otro tipo de alimento.
Periodo de transición: Es la etapa en la cual el bebé se va preparando para conocer sabores y consistencia de alimentos diferentes; ocurre entre los cinco y ocho meses.
Periodo de adulto modificado: Es la etapa en la cual se entrena al lactante a recibir el alimento de la familia, más la leche materna.
Hay algunas cosas que se deben tomar en cuenta para poder empezar a dar esta alimentación complementaria, la OMS nos marca los siguientes:
- Iniciar después de los seis meses y seis kilogramos de peso.
- Iniciar con papillas, posteriormente, con molidos, triturados y enteros, conforme la capacidad de masticación del niño.
- Usar alimentos básicos familiares.
- Iniciar con un solo alimento.
- Combinar alimentos después de la tolerancia.
Para este punto el niño ya debe de dominar el tomar agua, ya que si hay una buena hidratación los procesos cognitivos mejorarán al igual que la regulación térmica y permitirá una mejor función cardiovascular.
Hay ciertas situaciones en las que es necesario suplementar a los niños amamantados con vitamina B12 (0.3 a 0.5 mcg/día), sobre todo en madres vegetarianas o que no consumen muchos productos de origen animal, con vitamina D (200 a 300 UI al día), cuando existe carencia, hay que suplementar a la madre y tener exposición solar, la vitamina K, desde el nacimiento y se sugiere 0.5-1 mg/día de fluoruro si el agua contiene menos de 0.3 ppm.
El destete es un momento muy importante ya que es la suspensión definitiva de la lactancia, normalmente se realiza a los dos años y tiene que ser una decisión que tome en cuenta tanto a la madre como al hijo, también es importante mencionar el que esta debe ser gradual y no abruptamente.
La lactancia prolongada al niño le mejora el desarrollo intelectual, las habilidades motoras, el lenguaje y la agudeza visual, así como el efecto protector durante las etapas vulnerables de dos a seis años, también disminuye el riesgo de enfermedad cardiovascular, obesidad y mala oclusión dental.
En el caso de la madre disminuye el riesgo de osteoporosis, enfermedades crónicas, cáncer de mama y mejora la capacidad de escucha y la tolerancia debido a la liberación prolongada de oxitocina.
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